Artículo publicado por nuestro compañero José Luis Fernández Kois en EL DIARIO
«Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y las personas, al fin, se ven forzadas a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.» Este profético aviso lanzado por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista se ha vuelto tan vigente como hace siglo y medio. Durante esta larga pandemia hemos ido atravesando un carrusel de emociones, donde parece haberse ido imponiendo el desánimo y la tristeza.
La precarización, el aislamiento y la incertidumbre han aumentado de tal manera que no resulta exagerado plantear que vivimos una suerte de depresión social. Esta se traduce en la imposibilidad de proyectarse vitalmente hacia el futuro y en un creciente miedo hacia lo que está por venir. En términos médicos la depresión se entiende como una tristeza persistente y un fuerte desinterés por la vida, y suele ir acompañada de ansiedad, ese sentimiento de preocupación incontrolable sobre acontecimientos que suceden en nuestra vida. Seguir leyendo