Artículo publicado por nuestro compañero Jose Luis Fdez. Casadevante Kois en EL DIARIO
Me encanta la ambigüedad de la expresión «hacer el indio», pues en ella conviven la crítica y el desprecio con la admiración por la libertad y la irreverencia. Verse asociado a lo indígena implica una crítica abierta o un elogio encubierto, todo depende del contexto, el tono y la intencionalidad de nuestro interlocutor. Nuestras sociedades mantienen desde hace siglos esta ambivalente relación con lo indígena. Históricamente desde la cultura dominante se ha reprimido, acallado y maltratado, mientras que desde las subculturas se ha idealizado y convertido en una referencia ineludible para movilizar imaginarios transformadores.
El nacimiento de la utopía moderna, de la mano de la obra homónima de Tomas Moro, resulta inexplicable sin el impacto que supuso conocer las fórmulas comunitarias de organización indígena, sus cosmovisiones y su relación con la naturaleza, o su abierto desprecio por las relaciones de mercado. La ficción literaria que invitaba a construir un nuevo mundo se encuentra estrechamente influenciada por este acontecimiento, de la misma manera que la novela influenció singulares experimentos utópicos en la América colonizada, como los pueblos-hospitales que Vasco de Quiroga construyó junto a comunidades indígenas a principios del siglo XVI.
Seguir leyendo