Nuestro compañero Antonio Serrano publica esta tribuna en la Revista Sistema

Tal vez resulte demasiado agresivo el titular de este artículo, e incluso desproporcionado para la situación actual de este país, de la Unión Europea o del planeta. Pero hay graves motivos de preocupación cuando se observa la situación de enfrentamiento político incomprensible en Madrid y España; el conflicto entre poderes y la utilización política del judicial; las reticencias de algunos países europeos a una política de respuesta activa contra los efectos socioeconómicos de la pandemia; o cuando se ha superado el millón de muertos[1], previsiblemente en mucha mayor medida de lo que muestran las cifras oficiales, sobre todo en los países en desarrollo; o cuando la ONU[2] advierte del fuerte incremento de las desigualdades y del malestar global, y muestra la caída en el desarrollo humano que se está produciendo, alertando que:

  1. La producción económica mundial se va a reducir en más de 8.500 millones de dólares en los próximos dos años, lo que acarreará 49 millones de personas más que caerán en la pobreza extrema (la mitad en África subsahariana).
  2. Las remesas de emigrantes disminuirán un 20% en 2020, lo que supone una pérdida de 110.000 millones de dólares en recursos disponibles para comprar alimentos y satisfacer otras necesidades de las familias de los países origen de los migrantes.
  3. Los efectos de la pandemia nos acercaban a una emergencia alimentaria mundial, con cerca de 270 millones de personas en situación de hambre aguda, duplicando los 135 millones en esta situación antes de la pandemia, y uniéndose a los más de 820 millones con alimentación por debajo de la básica.
  4. Que sólo en el sector alimentario los efectos de la pandemia en el desempleo global se estimaban en un incremento de cerca del 40% (452 millones de empleos en riesgo) de los aproximadamente 1.280 millones de empleos relacionados con el sector alimentario (producción, proceso, servicios alimentarios, de distribución, transporte, etc.) y se estimaba que afectaría negativamente a la tercera parte de sus medios de producción. Seguir leyendo