
Artículo de nuestro compañero José Luis Fdez. Csadevante Kois, publicado en CLIMÁTICA
A mediados de los años ochenta, Alison Bechdel popularizó un método para evaluar la brecha de género existente en las historias que vemos en cine, televisión y teatro. La propuesta se plasmó en boca de un personaje de las tiras cómicas que elaboraba Unas lesbianas de cuidado, dando forma a un rápido y sencillo test que permite valorar la presencia de mujeres en las ficciones.
De cara a superar el test, la trama de cualquier relato debería cumplir tres sencillas condiciones:
- Aparecen al menos dos personajes femeninos.
- Tienen nombre propio y se menciona.
- Desarrollan una conversación entre ellas que no tenga como tema un hombre.
Este test se ha convertido en un indicador de la igualdad de género en el mundo del cine, a pesar de sus imperfecciones, pues ni siquiera garantiza que las mujeres sean representadas de una forma mínimamente feminista. Lo verdaderamente fascinante es el enorme número de películas que no consiguen alcanzar ese mínimo de representación femenina. Un estudio de la BBC de 2018 calculó que ni siquiera la mitad de las películas galardonadas con un Oscar a la mejor película, a lo largo de la historia, superaba el test.
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