
Nuestra compañera Nuria del Viso escribe este artículo en eldiario.es
El vertiginoso avance de la crisis del clima y los desastres asociados obliga a un número creciente de personas en el mundo a abandonar su hábitat. Cada año, las organizaciones que se ocupan del desplazamiento dan a conocer nuevas cifras récord. Basta revisar los datos para darse cuenta del peligroso tobogán por el que nos deslizamos, para el que no habrá, si no reaccionamos, un suave aterrizaje, sino un brusco choque. Tres fuentes de datos ponen de manifiesto preocupantes tendencias en marcha sobre el desplazamiento forzado.
Primera, las cifras de ACNUR dan una pequeña muestra de estas perspectivas: si en 2018 ACNUR atendía a 70,8 millones de personas, a mediados de 2019 ascendían a 79,4 millones. Si observamos un periodo más amplio, el desplazamiento forzado –incluyendo tanto refugiados como desplazados internos– prácticamente se ha duplicado entre 2009 y 2018, de 43,3 millones de personas en 2009 a 79,4 millones hasta mediados de 2019.
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