Un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds, liderado por el economista Daniel O’Neill, han estudiado la relación entre siete indicadores de impacto ambiental de carácter nacional y once indicadores de desempeño social en más de 150 países. LLegando a la conclusión de que ninguno de los países capaces de ofrecer una elevado nivel de calidad de vida logra hacerlo de forma respetuosa con la capacidad de garantizar la reproducción de los ecosistemas naturales.
El umbral que los investigadores han tenido en cuenta para definir lo que consideran una “buena vida” tampoco es extremadamente ambicioso: un índice de satisfacción general mayor a 6,5 sobre 10, vivir de media 65 años con buena salud o eliminar la pobreza de las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día
El estudio ha sidopublicado por la revista Nature Sustainability, se compara el desempeño de los países en cada uno de los parámetros. La calidad de vida de los países enriquecidos se sostiene sobre una deuda ecológica que recae sobre los países empobrecidos. Y aunque ningún país logra cumplir con los once indicadores sociales sin exceder múltiples límites biofísicos Vietnam es el país que mejor se posiciona en este equilibrio entre cumplir seis de los once requisitos sociales y transgredir únicamente uno de los siete límites biofísicos, España como era previsible sale bastante mal parada en términos ambientales.
El proyecto se complementa con una interesante web interactiva que permite hacer simulaciones con los diversos indicadores de los diversos países. Una iniciatva muy didáctica para ver la estrecha interrelación entre las formas en la que satisfacemos nuestras necesidades y los impactos ecológicos que estás provocan.