Conductor del acto Victor Rodríguez. Director FUHEM Educación.
José Bellver de Fuhem Ecosocial presentando la claves del Informe Worldwatch.
Los retos globales que configuran nuestro tiempo, desde el cambio climático hasta toda clase de malestares y conflictos sociales, hacen necesaria una auténtica revolución educativa con la que dotarnos de herramientas para afrontar las turbulencias del siglo en el que nos estamos adentrando. En particular, el conjunto de transformaciones ecológico-ambientales derivadas de las actividades humanas, que conforman el cambio global y alteran las posibilidades de sostener la vida humana en el planeta, hacen que el contenido y la manera de enseñar tengan que evolucionar hacia una necesaria ecoalfabetización, hacia la preponderancia de un aprendizaje profundo y la adopción de un liderazgo moral, que permitan educar integralmente a la personas para enfrentarse a unos desafíos sin precedentes.
Educación Ecosocial: cómo educar frente al cambio global explora las áreas tradicionales de la educación ambiental, tales como el aprendizaje basado en la comprensión del funcionamiento de la naturaleza y el pensamiento sistémico, y también otros aspectos esenciales de la educación como el aprendizaje socio-emocional o las pedagogías que conceden gran importancia al juego. Con ello, la presente edición de la colección La situación del mundo, principal publicación del Worldwatch Institute, examina cómo repensar la educación con el fin de desarrollar una sociedad sostenible preparada para adaptarse al cambio global.
Ana Belén Sanchez presentando el Informe de Fundación Alternativas.
De la inserción en el aula del medio ambiente con la LOGSE a su segregación entre ciencias y letras con la LOMCE de 2013, planteando un complejo abordaje transversal. La existencia de experiencias innovadoras reacae en el voluntariado del profesorado y en las redes territoriales de escuelas, utilizando principalmente el propio centro como laboratorio para los cambios ecosociales.
Se constata que en la educación primaria la crisis ecológica no entra en las aulas y se queda fuera del Curriculum Vitae, no se cuestiona el modelo de desarrollo. En FP tiene escaso desarrollo, en secundaria se ofrece de forma muy fragmentaria. Fuera de la educación formal el sector se encuentra prácticamente desmantelado tras los recortes que mandaron a la mitad del personal al paro.
La universidad se presenta como el liderazgo del modelo convencional, existiendo una parcelación excesiva del conocimiento, así como una desconexión entre necesidades sociales y academia, se reconocen compromisos formales pero no se trannsforma la dinámica universitaria en consecuencia (prioridades de investgación, curriculums, participación…).
Se defiende la propuesta de una asignatura de Educación para la Sostenibilidad en primaria, que sea por proyectos y tenga materiales propios.
Rodrigo Irurzun de ECOOO presentando la experiencia del programa 50/50.
Iniciativa nacida en Hamburgo en el 94 y popularizada a nivel internacional a partir de la red EUROMET en 2009, implicando a más de 500 esucelas en Europa. El proyecto incentiva la reducción del consumo energético en los centros educativos de primaria, implicando a toda la comunidad educativa en un reto colectivo para la reducción de consumos en el centro educativo.
De la reducción conseguida, se premia al colegio con el 50% del ahorro generado para que pueda invertirlo en mejorar sus equipamientos. El otro 50% se invierte en medidas que mejoren la eficiencia energética del centro, para así ayudar a la consecución del objetivo en el siguiente año. La correcta separación y reciclaje de residuos repercute también en el ahorro energético, así que es otra variable a tener en cuenta. Las experiencias más exitosas pueden convertirse en una herramienta divulgativa.
En dos años de experiencia en varios centros de la sierra madrileña se han logrado ahorros de una media del un 23%, lo que supone unos 2.100 euros de media por centro.
Luis Glez Reyes presentando curriculo ecosocial de FUHEM
Estamos inmersas/os en un gran cambio civilizatorio. Todo parece indicar que el futuro va a ser radicalmente distinto al presente y no se va a parecer al pasado. En el origen de esta mutación está la crisis multidimensional actual: económica, cultural, política y, de forma determinante, ambiental.
Todo esto ya está presente en los centros educativos. Pero la cuestión va más allá. El objetivo fundamental de la escuela es ayudar al alumnado a comprender el mundo en el que viven y a desenvolverse satisfactoriamente en él. Si afrontamos esta gran competencia como si nada estuviese cambiando, no estaríamos cumpliendo esa función primordial de la educación.
Hay tres razones por las que un abordaje transversal de los contenidos ecosociales es probablemente el más adecuado: primero, no existe una asignatura Ecosocial; segundo, estos contenidos atraviesan todo el currículo; y, por último, para darles una importancia central, deberán estar insertos en él.
Una de las actuaciones que se pueden llevar a cabo es transformar el entorno para que sea coherente con este mensaje. Pero el entorno no es solo el centro, sino también sus alrededores. Otra sería la incorporación de actividades extraescolares durante todo el curso. Las actividades puntuales también sirven. Su principal virtud es que son un elemento motivador por su excepcionalidad y pueden encajar bien al principio o como culminación de procesos más amplios.
Sin embargo, estos tres aspectos, aun siendo importantes y sumando, no son los que realizan los cambios cualitativos. Para ello tenemos que entrar en el corazón de la práctica docente: los contenidos trabajados en las aulas y el método. Si no se abordan estos aspectos, el mensaje que se estará transmitiendo es que, en realidad, estos temas no son los centrales. Además, no se podrán abordar con la profundidad que requieren.
La inclusión transversal es un trabajo costoso que implica un importante esfuerzo de reprogramación. Para llevarlo a cabo habrá que recurrir a la comunidad: familiares que nos puedan brindar su experiencia, compañeros/as con los que compartamos recursos, personal externo que nos haga parte de las actividades, etc. Un objetivo clave en este horizonte sería la elaboración de materiales para todas las asignaturas y niveles que tengan incorporados los contenidos ecosociales transversalmente. Sobre todo, entendiendo que una parte sustancial del profesorado no va a poder o querer hacer este trabajo, pero sí lo va a usar si está disponible.
La forma en la que se realizaría esta inclusión transversal de contenidos es múltiple: enfoque de todas las disciplinas, preguntas que guíen proyectos de aula, introducción en ejercicios, experiencias como la gestión colectiva de bienes o la regulación de conflictos de la vida cotidiana. Además, habría que atender al currículo oculto (los/as autores/as que se presentan, los soportes que usamos, las fotos y los mapas, el tipo y la cantidad de materiales).
Tan importante como los contenidos es la forma de llevarlos a cabo: el método también educa. Si lo que queremos trabajar es la profundización democrática, la cooperación, la igualdad en las diferencias o la responsabilidad sobre nuestros actos, necesitamos un método acorde. Un método que no se base únicamente en la transmisión de conocimientos por parte del profesorado, sino que contemple su elaboración conjunta con la comunidad educativa. Un método que asuma una gestión democrática del aula y del centro. El aprendizaje dialógico o el cooperativo avanzan en este sentido.
Esta es la apuesta que estamos haciendo en FUHEM y que, afortunadamente, también están llevando a cabo otros centros educativos.