El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha propuesto convocar a todos los agentes sociales, empresariales y políticos para pensar en la reconstrucción social y económica de España. Desde EQUO, respondemos de forma positiva al llamamiento. Es hora de la política cooperativa y constructiva. Y con un enfoque claro: la post-crisis COVID-19 tiene que ser un punto de inflexión hacia un modelo socio-económico que por fin permita satisfacer las necesidades de la ciudadanía, empezando por la salud y los cuidados de las personas, siempre dentro de los límites ecológicos del planeta.
Para ello, primero, podemos y debemos aprender de esta crisis. En este sentido, planteo las premisas siguientes para guiar la reflexión post-COVID19:
- La hiperglobalización actual es frágil e inestable. Por eso es urgente adaptarla y reajustarla ante los retos sanitarios inmediatos y los socio-ecológicos estructurales a largo plazo. Necesitamos que nuestras sociedades sean más resilientes y seguras así como relocalizar los procesos productivos esenciales.
- Somos interdependientes. Ante problemas globales que no tienen pasaporte, necesitamos soluciones que vayan de lo local a lo global, pasando por una casilla fundamental sin la cual todos los países europeos, incluido España, somos más vulnerables: la Unión Europea.
- Somos ecodependientes. Nuestro sistema económico es muy agresivo con la naturaleza que nos rodea. Sin embargo, dependemos de la biodiversidad para proteger nuestra salud y mantenernos alejados de las pandemias virales. Hay que preservarla por encima de los beneficios económicos.
- Cuando la sociedad se ve profundamente amenazada, entiende mejor cuales son los servicios esenciales para la sostenibilidad de la vida. En concreto, esta crisis nos ha enseñado que hay que revalorizar lo público, lo comunitario y los cuidados.
- Nuestro modelo económico, basado en el crecimiento infinito, es totalmente insostenible. Y cuando deja de contaminar y emitir CO2, como durante esta crisis, lo hace con mucho sufrimiento social y tremendas desigualdades. Solo una transición a la vez ecológica y justa puede responder a este doble reto.
- Detrás de la emergencia sanitaria se encuentra otra aún más profunda y desestabilizadora que la pandemia actual: la emergencia climática. La reconstrucción solo se puede hacer dando respuesta a esta amenaza existencial.
- Desatender las evidencias científicas y demorar las decisiones clave es una irresponsabilidad política y social. Actuar hoy alineándose con la ciencia es la única alternativa realista y sensata para frenar cualquier pandemia, sea viral o climática.
Con base en estas premisas, no se puede, ni se debe volver a la insostenible normalidad anterior a la crisis. Más bien, se debe utilizar este momento como punto de inflexión y palanca hacia un modelo socio-económico limpio, resiliente, cohesionado y solidario. Para no caer en los mismos errores en el futuro, es el momento de cambiar de rumbo ahora. A continuación propongo algunas líneas estratégicas que permitirían poner en marcha este Nuevo Acuerdo social, económico y ecológico.
La energía de mañana
La energía de mañana será limpia, más descentralizada y en manos de más cooperativas y comunidades energéticas. Teniendo como meta un sistema eléctrico 100% renovable para 2030, estará acompañada de una reducción sustancial de la demanda energética final y del cierre de las centrales de carbón y nucleares para 2025 en España. Esto es un primer paso fundamental para alcanzar una reducción del 55% de las emisiones de CO2 en España (65% en Europa) para 2030 y unas emisiones netas cero en 2040, a nivel nacional y europeo. Además, tenemos que aprovechar el bajo precio del petróleo para romper nuestra dependencia de los grandes productores extranjeros, empezando por las petromonarquías. Asimismo, mañana habremos eliminado los subsidios y las exenciones fiscales para todas las energías fósiles.
El transporte de mañana
Será una movilidad no contaminante, innovadora y eléctrica, que reduzca de forma importante el número de coches individuales y apueste por el transporte público, el coche compartido, la bici y unas ciudades a escala humana. En el ámbito estatal y continental, habremos reducido el tráfico aéreo, empezando por los vuelos de corta distancia a nivel nacional, y racionalizado el número y tamaño de los aeropuertos, mientras reforzamos una gran red ferroviaria española y europea para pasajeros y mercancías. Además, España habrá abandonado los coches con motor de combustión en la próxima década, liderando el cambio de movilidad a nivel europeo.
La agricultura de mañana
Será una agricultura ecológica y de circuitos cortos de producción y consumo, que genere una alimentación segura así como respetuosa con el clima, la salud y la biodiversidad. Transformaremos la actual PAC (Política Agraria Común) en una “PAAC” (Política Agraria y Alimentaria Común), basada en un modelo agroecológico relocalizado que ponga en el centro a lo/as agricultores y la naturaleza. Esta nueva política agraria comenzará por suprimir todos los fondos para la ganadería industrial de exportación fuera de la UE. En paralelo, se financiará la transición del campo hacia la agroecología, establecerá una moratoria sobre macrogranjas y promoverá una alimentación equilibrada y basada principalmente en proteínas vegetales de calidad. Será el momento de apostar de nuevo y con orgullo por nuestra dieta mediterránea y llenar de empleos de calidad la España vacía.
La industria, la construcción y el turismo de mañana
La industria post-COVID19 tendrá nuevas bases como la el ecodiseño y la economía circular. A través de más I+D+i, sería prioritario aportar sostenibilidad a la industria básica (siderurgia, fundición, papeleras, química, cementera) a través del reciclaje y la reutilización. De igual manera, el sector de la construcción se volcará plenamente en la rehabilitación de edificios y la bioconstrucción. Por último, el turismo de masas cederá progresivamente el paso al turismo local y de calidad.
La salud de mañana
Como sector esencial, la protección de la salud de todas las personas será, después de la crisis, una prioridad de nuestras politicas públicas. Por ineficientes e injustos, se revertirán los procesos nefastos de privatización de la sanidad pública y se fortalecerá inmediatamente el sector sanitario público y la prevención comunitaria, garantizando al mismo tiempo medidas estructurales para su financiación sostenible y una remuneración más adaptada del personal sanitario.
La Europa de mañana
Europa se reconstruirá tomando como base el Green Deal, invirtiendo de forma masiva en la transición ecológica con justicia social. Para ello, revisará sus normas presupuestarias y fiscales para sustituir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por un Pacto Ecológico y Social para la UE. Al mismo tiempo, adoptará una fiscalidad común y herramientas para mutualizar la deuda, como los coronabonos, que faciliten la reconstrucción colectiva de Europa. Para relocalizar la economía a nivel europeo y hacerla más sostenible, implementará también un arancel al CO2, o “ajuste de carbono”, en sus fronteras comunes.
El comercio internacional de mañana
Los acuerdos comerciales y de inversiones de generación post-COVID19 estarán sujetos a condiciones ecológicas y sociales vinculantes. En particular, cumplirán y ayudarán a cumplir con el Acuerdo climático de París y la Agenda 2030. Y para proteger nuestra biodiversidad, que a su vez nos protege de nuevas pandemias virales, todos los acuerdos relacionados con el comercio de animales y los piensos destinados a la ganadería industrial (que contribuyen directamente a la deforestación y, por lo tanto, a la transmisión de zoonosis) deberán eliminarse de todos los tratados de comercio e inversiones.
La democracia de mañana
Cuanto más transnacional será el problema, más global será el ámbito decisorio, y cuanto más local, más cercano. A través de este “principio de subsidiariedad”, cada nivel de poder institucional (municipal, regional, estatal, europeo, mundial) posee competencias propias, comparte soberanía no exclusiva, y actúa con el resto de nodos de forma cooperativa y solidaria. Y, de forma transversal, la participación ciudadana será un pilar de la co-elaboración de las políticas públicas.
Una transición justa hacia el mundo de mañana
En esta Gran Transformación, disminuirán los empleos en los sectores marrones e insostenibles, muy intensivos en CO2 (sector petrolero, turismo de masas, sector automovilístico y aéreo, agroindustria, etc.). Mientras tanto, con un balance neto positivo global, aumentarán mucho más la actividad y el empleo en los sectores verdes y limpios (energías renovables, turismo y movilidad sostenibles, agroecología, etc.). Será fundamental planificar con los sindicatos y empresas esta transición ecológica. Y se integrará de forma transversal el enfoque de género para que la transición sea justa, también y en primer lugar, para las mujeres.
Todo lo que parecía imposible hace unos días se ha vuelto posible hoy. Aprovechemos el proceso de reconstrucción social y económico para (re)pensar el mundo de mañana y reconstruirlo desde ya sobre bases solidarias y ecológicas.