Texto de nuestro compañero Antonio Serrano, publicado en SISTEMA
Internet y redes sociales.
La Covid-19, después de su tercer año de incidencia, sigue afectando profundamente a las personas, las comunidades, los países y la cooperación internacional, aunque de forma globalmente decreciente, pero habiendo establecido retos y condicionantes difíciles para 2022, que han sido fuertemente incrementados por la invasión de Ucrania y la reformulación de nuevos bloques mundiales.
Un primer aspecto a señalar tiene que ver con el impulso derivado de la Covid-19 al creciente papel de las TIC y las redes sociales[1] en las formas de vida y en las preferencias personales. Así, como primera consideración[2], hay que señalar que, en España, la población que usa internet entre los 16 y los 70 años se sitúa en el orden del 93% (unos 31,5 millones de habitantes), y que cerca del 85% son usuarios de las redes sociales (cerca de 27 millones), lo que muestra la enorme importancia de este hecho en la determinación de preferencias y comportamientos para esta franja de población[3]. Su uso destaca entre la población con estudios universitarios (51%) y con título de secundaria (32%), y en las personas con edad entre 25 a 54 años (68% del total de usuarios).
Seguir leyendo