Recientemente se publicaba el Informe de Riesgos de Desastres Interconectados 2023, publicado por el Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS por sus siglas en inglés), y presentado hace un par de días.
El estudio explica que cuando los ecosistemas, los sistemas alimentarios o los sistemas hídricos se deterioran, “no suele ser un proceso sencillo y predecible. Más bien la inestabilidad aumenta lentamente hasta que, de repente, se alcanza un punto de ruptura y el sistema cambia fundamentalmente o incluso se colapsa, con impactos potencialmente catastróficos”.
Esos momentos se definen como aquellos en los que “un sistema socio-ecológico dado ya no es capaz de amortiguar los riesgos y proporcionar sus funciones previstas, tras lo cual el riesgo de impactos catastróficos para estos sistemas aumenta sustancialmente”.
El Informe advierte de seis puntos de quiebre de los riesgos que nos aguardan:
• Extinciones aceleradas
• Agotamiento del agua subterránea
• Derretimiento de los glaciares de montaña
• Contaminación espacial
• Calor insoportable
• Futuro sin seguros
El informe no se limita a definir e identificar los puntos de quiebre de riesgo, sino que propone un nuevo marco para evitar o mitigar sus consecuencias. Las soluciones se dividen en dos categorías: soluciones que “evitan”, que se centran en las causas profundas y los factores de riesgo para evitar por completo los puntos de quiebre de riesgo, y soluciones que “adaptan”, que ayudan a preparar o abordar mejor los efectos negativos de los puntos de inflexión de riesgo si no pueden evitarse.
En cuanto a lo que se describe en el estudio como el «calor insoportable» -consecuencia del cambio climático inducido por el ser humano que causa un aumento global de las temperaturas- se afirma que produce olas de calor más frecuentes e intensas «que en algunas zonas alcanzarán temperaturas en las que el cuerpo humano ya no puede sobrevivir».
El informe concluye que las soluciones que se están aplicando en la actualidad tienden a centrarse más en el retraso que en la transformación, aunque cada vez se hace más hincapié en el cambio transformador para alcanzar los objetivos mundiales de transición hacia un futuro más sostenible. Harán falta más soluciones que cambien las reglas del juego para alejarnos de un futuro en el que se multipliquen los puntos de quiebre de riesgo. Las soluciones transformadoras también requerirán un esfuerzo social y personal considerable, y el informe destaca los cambios generales que cada uno de nosotros puede introducir en nuestros comportamientos y valores.
El informe puede leerse directamente en su web o descargarse por partes.
Lo podéis descargar en: https://interconnectedrisks.org/download