El nuevo informe de la Fundación Conama Asambleas ciudadanas: el poder de la participación social en la acción climática analiza todas las asambleas ciudadanas climáticas desarrolladas hasta ahora en Europa a nivel nacional: Francia, Reino Unido, Irlanda y Suecia. El estudio también aborda la iniciativa de Escocia, puesta en marcha en diciembre de 2020, la cual destaca por ser la primera asamblea ciudadana climática nativa digital debido a la situación generada por la pandemia del coronavirus. Esto muestra el gran interés de los países por acelerar la conversación sobre el clima.
La participación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre la crisis climática está adquiriendo un impulso sin precedentes. Este nuevo informe analiza las causas, el proceso, los detalles y resultados de las iniciativas llevadas a cabo en los países de nuestro entorno con el fin de servir de reflejo a la reflexión del Gobierno en España para lanzar aquí una Asamblea del Clima.
Tres elementos clave coinciden en las experiencias europeas y son ratificadas por los expertos consultados con el fin de que este ejercicio de democracia directa tenga éxito: los ciudadanos son elegidos por sorteo, es preferible que sean remunerados por su tiempo y sus aportaciones y se debe contar con la participación de expertos, de modo que las decisiones que se tomen sean informadas.
En cuanto a los resultados, las propuestas de la ciudadanía van desde prohibir la venta de todoterrenos urbanos, aplicar un impuesto progresivo al transporte aéreo o desarrollar una etiqueta que evalúe la huella de carbono de todos los productos y servicios. En todos los países, las propuestas ciudadanas han tenido hasta ahora un cierto recorrido dentro del sistema político.
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