La crisis climática. El colapso de la biodiversidad. La acidificación de los océanos. La lista es larga y no deja de crecer. Tanto, que muchos científicos creen que, por primera vez, el planeta ya no influye en los seres humanos, sino a la inversa. Es lo que se conoce como Antropoceno , una nueva época geológica.
Estos efectos interactúan con las desigualdades existentes y amenazan con revertir el desarrollo de manera significativa. Para cambiar esta trayectoria se requiere una gran transformación en nuestra forma de vivir, trabajar y cooperar. El Informe explora cómo ponerla en marcha, utilizando diferentes enfoques.
Pese a que la humanidad ha logrado un progreso increíble, ha descuidado la Tierra, provocando una desestabilización de los sistemas de los que depende su supervivencia. La pandemia de COVID-19 es la consecuencia más reciente y aterradora de los desequilibrios generalizados. Los científicos han advertido insistentemente que las interacciones entre los seres humanos, el ganado y la fauna y flora silvestres provocarían cada vez con mayor frecuencia la aparición de patógenos con los que no estamos familiarizados. Dichas interacciones han ido aumentado sin cesar tanto en escala como en intensidad, ejerciendo en última instancia una presión tan elevada sobre los ecosistemas locales que ha dado lugar a la propagación de virus mortales. ¿Cómo debemos reaccionar ante esta nueva era? ¿Conviene aventurarnos en nuevos caminos tratando de proseguir con el desarrollo humano, pero aliviando las presiones planetarias? ¿O preferimos tratar de volver a la situación anterior y, en última instancia, fracasar en el intento y lanzarnos hacia un porvenir peligroso y desconocido?
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